jueves, 16 de abril de 2015

Llamadas telefónicas
Roberto Bolaño

Anagrama


 
                     
Yo no me siento el mejor
narrador chileno,
ni siquiera me preocupa eso.
A mí lo único que me interesa
en el momento de escribir
es hacerlo con una mínima decencia,
 que no me avergüence
al cabo de un tiempo
de lo que he escrito,
no lanzar palabras al vacío.
R.B.


















Bolaño dice que la cultura es la realidad, y esta idea aparece en este libro de cuentos como una marca imborrable. Este libro se divide en tres grandes secciones que contienen 4 o 5 cuentos cada uno: Llamadas telefónicas, Detectives y Vida de Anne Moore. Cada una de estas historias encierra otras más profundas, privadas y posibles, Bolaño hace que sea el lector quien cierre la vida de estos personajes, porque estos cuentos no cierran mágicamente como las películas de amor o las novelas rosas, no. En estos cuentos pasa lo mismo que en la vida….continúan, porque como dice en Enrique Martín,  “la vida no sólo es vulgar sino también inexplicable”

Los personajes de “Llamadas telefónicas” son inseguros, contradictorios, mentirosos, pero aunque se equivocan mucho saben amar, y saben especialmente, perseverar en la tarea que desean, aunque no sean buenos o afortunados en ella. Es así que encontramos a Sensini, un escritor exiliado que enseña a otro escritor, más joven, también expatriado y un tanto frustrado en su tarea de escribir, la sabiduría de usar para el propio beneficio los concursos literarios, toda una picaresca de un escritor sobreviviente.

Encontramos también a Joanna Silvestri, una diva porno que entre película y película va a los brazos (a todo el cuerpo en realidad) de Jack un pornostar retirado y enfermo que la ama como puede. En “Vida de Anne Moore” se relata la vida de una joven que sigue un destino incierto y solitario, una mujer que nunca supo enamorarse y sin embargo se rodeó de hombres que estaban dispuestos a todo por ella. La mayoría de los personajes no parecen muy ocupados, sino más bien las horas y los días se les pasan esperando que algo pase, como dice en el cuento Joanna Silvestri, “cuando un hombre dice que tiene tiempo ya está atrapado (y entonces es intrascendente que tenga o no tenga tiempo) y con él se puede hacer lo que una quiera”  

Me gusta de Bolaño que parece que la escritura le saliera por los poros, que la respirara. No hay nada forzado en él, no hay pose de intelectual carismàtico. En Bolaño la escritura parece natural y necesaria, tal vez por eso a sus personajes les sucedan cosas que parecen simples pero trascendentales a la vez. En una entrevista le piden que deje un mensaje a los nuevos escritores y responde (maravillosamente): “A un aspirante a escritor le daría el consejo que nos dábamos los jóvenes infrarrealistas en México. Cuando teníamos 20, 21 años, teníamos un grupo poético, y éramos jóvenes, maleducados y valientes. Nos decíamos: vivir mucho, leer mucho y follar mucho”. Imagino que les diría que vivan la vida.

Estoy entrando en este mundo de Bolaño y siento que no habrá retorno. Hay obsesiones que se me hacen saludables. Como la de leer buenos escritores y rodearme de poesía, porque hay que decirlo: Bolaño es un poeta.


Un poeta lo puede soportar todo. Lo que equivale a decir que un hombre lo puede soportar todo. Pero no es verdad: son pocas las cosas que un hombre puede soportar. Soportar de verdad. Un poeta, en cambio, lo puede soportar todo. Con esta convicción crecimos. El primer enunciado es cierto, pero conduce a la ruina, a la locura, a la muerte” R. Bolaño (Enrique Martín)


lunes, 10 de noviembre de 2014

si ahora no, ¿CUÁNDO?



Primo Levi

Si ahora no, ¿cuándo?

El Aleph Editores


Reconocer siempre,
incluso en los días más obscuros,
en mis compañeros y en mí mismo
los hombres y no las cosas.









Primo Levi nació en Turín en 1919 y murió en el mismo lugar a los 68 años. Aunque se graduó de Químico logró reconocimiento como escritor y biógrafo de sus memorias y la de sus compatriotas. Levi perteneció a la resistencia antifacista y fue deportado al campo de concentración nazi en Auschwitz donde trabajó como esclavo en una planta industrial.  Al finalizar el conflicto bélico regreso a Turín donde se dedicó a poner en palabras las experiencias de los judíos y de todos los hombres, mujeres y niños que sufrieron en uno de los exterminios más grandes de la historia.  En 1947 escribió “Si esto es un hombre”, más tarde “La tregua” y “Los hundidos y los salvados” que formarían luego la “Trilogía de Auschwitz”, libro que puede considerarse como fundamental para entender el horror, el odio y también la esperanza y la fortaleza de muchos hombres.



“Si ahora no, ¿cuándo?” es, a diferencia de los otros textos antes nombrados, una novela que presenta la historia de un grupo de partisanos que llegan de Europa del Este sobreviviendo del nazismo.  Levi parte de un hecho real, el regreso de los sobrevivientes de los campos que comienzan una marcha que trae infinidad de situaciones dolorosas y travesías, y que busca llegar a tierras más serenas o más acogedoras. Estos partisanos marchan casi dos años, atraviesan Polonia y Alemania, caminan hacia su Tierra Prometida y llegan a una Italia que se les muestra maravillosa. No es una travesía de cánticos y fogatas, son hombres y mujeres sobrevivientes del infierno, y aunque la guerra ha terminado aún continúa para ellos. Andan por tierras devastadas y desconfiadas, las manos solidarias son pocas y las necesidades muchas.



Primo Levi cuenta a través de estos partisanos la procesión de un pueblo, la ausencia de humanidad por la que debieron atravesar. Puso en palabras lo que muchos no podían decir. Él  también fue un sobreviviente y a diferencia de muchos otros que no podían ni siquiera pensar, recordar o escribir sobre esa experiencia, él encontró un puente que permitía  la posibilidad de seguir viviendo en el presente a pesar de ese pasado.



“… aquellos alemanes hicieron algo que él no podía contar. No podía, no quería y no debía.

- es la primera regla de nuestra república. Si nos contáramos todo lo que hemos visto, nos volveríamos locos”



El título de esta novela lo toma de una canción judía que dice en uno de sus fragmentos:



“¿nos reconocéis? Somos las ovejas del gueto,

esquiladas durante mil años, resignadas a la ofensa.

Somos los sastres, los copistas y los cantores

marchitos a la sombra de la cruz.

Ahora hemos aprendido los caminos del bosque,

hemos aprendido a disparar, y damos en el blanco.

Si no soy yo por mi mismo, ¿quién será por mí?

Si n es así, ¿cómo? Y, si ahora no, ¿cuándo?

Solo unos hemos sobrevivido

Para honra de nuestro pueblo sometido,

Para dar venganza y testimonio.

Hermanos, fuera de esta Europa de las tumbas;

Marchemos juntos hacia la tierra

Donde seremos hombres entre otros hombres.

Si no soy yo por mi mismo, ¿quién será por mí?

Si no es así, ¿cómo? Y, si ahora no, ¿cuándo?”





La obra de Primo Levi, los ensayos, los testimonios o la ficción, en un documento invaluable. Son cartas de un sobreviviente que reconoce que su vida tiene un deber: el de contar, el de borrar el olvido con la palabra. Volvió dos veces a Auschwitz y luego de su segunda visita le hicieron una larga entrevista, allí dice:



Para escribir este libro (Se refiere a “Los hundidos y los salvados”) he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima ni el iracundo lenguaje del vengador: pensé que mi palabra resultaría tanto más creíble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sólo así el testigo en un juicio cumple su función, que es la de preparar el terrero para el juez. Los jueces sois vosotros”

martes, 4 de noviembre de 2014

el no lugar.



VIAJES POR EL SCRIPTORIUM

Paul Auster

Anagrama 2007





La realidad no existe si no hay imaginación para verla.”

Paul auster





















El anciano está sentado al borde de la estrecha cama, las manos apoyadas en las rodillas, la cabeza gacha, mirando al suelo. No sabe que hay una cámara instalada en el techo, justo encima de él. El obturador se acciona silenciosamente cada segundo, realizando ochenta y seis mil cuatrocientas instantáneas a cada rotación de la tierra. Aunque supiera que lo están vigilando, le daría lo mismo. Está como ausente, perdido entre los fantasmas que pueblan su imaginación mientras busca una respuesta a la pregunta que lo atormenta.

¿Quién es? ¿Qué está haciendo ahí? ¿Cuándo ha llegado y cuánto tiempo se quedará aún?”



Así comienza esta novela de Paul Auster. Hay un hombre mayor en una habitación que desconoce, no sabe si está allí porque está enfermo, solo, abandonado o secuestrado pero no parece importarte. Hay una cámara que registra todos sus movimientos, pero no sabe que está allí y mucho menos quién está detrás de ella observándolo.  Todo en esa habitación está rotulado con pequeños carteles que nombran  objetos, como si las palabras estuvieran para indicar pero también para volver real un mundo desconocido, como si cada palabra inaugurara y posibilitara el mundo concreto.  No sabemos si el anciano conoce las cosas y su nombre, si puede o sabe leer los carteles, si los mira o si le interesa. Sobre una mesa hay fotografías que Míster Blank, porque así se llama,  mira sin reconocer del todo. Parece perdido o abandonado pero de si mismo. De a poco comienzan  a ingresar personas que conocen a Blank, algunos lo desprecian, otros le reprochan y una persona, Anna, lo trata con cierto cariño y cuidado. Él no reconoce a ninguno, todos son igual ante sus extrañados ojos. No sabe a que van, ni que buscan, ni porque lo odian o le temen o se apenan por él.





La novela genera un vaivén, el narrador nos indica qué datos atender y nos brinda información sobre lo que allí sucede, pero lo hace como si no importara si estamos  leyendo o no. El narrador parece hablarse a si mismo de esa habitación,  ese anciano y esos olvidos. En determinado momento Blank encuentra un libro que comienza a leer, el libro se llama “viajes por el Scriptorium” y es allí donde la historia presenta un «mise en abyme», éste término francés se utiliza para presentar el recurso narrativo que introduce una narración en otra, algunos lo traducen como “puesta en abismo” ya que se trata de un relato enmarcado en otro, como una especie de muñeca rusa o matrioska que encaja una dentro de otra, y aunque parezcan iguales no lo son.  La historia de Míster Blank vuelve sobre si misma como en un laberinto, cuenta lo mismo para decir otra cosa.



Es posible encontrar en esta novela, en una lectura entre líneas,  una especie de autobiografía del proceso creativo del escritor. Este hombre que queda “en blanco”, que ve las palabras y no las reconoce, que hace entrar a su habitación a diferentes personajes sin saber sus vínculos es como una especie de titiritero que va moviendo sus hilos para que aparezca una historia.  Esta idea se refuerza cuando agregamos un nuevo dato: el Scriptorium era, en el medioevo, una habitación cercana a la biblioteca de los monasterios que se utilizaba como espacio para la escritura o copia de  libros por parte de los escribas.



Quienes han leído otras novelas de Auster encontrarán en esas personas que ingresan a la habitación del anciano muchos personajes conocidos, guiños que nos hace el autor sobre otras novelas suyas. Quienes no hayan leído otras novelas de este autor lo leerán sin la sensación de que les falta información. Es una novela simple que cuenta la historia de un hombre que está solo y perdido, no sabe desde que momento ni hasta cuando. Un anciano que necesita de la ayuda de una mujer para manejarse, que encuentra respuestas en los libros y puede pasar horas mirando viejas fotografías. Un hombre que en algún momento encuentra una respuesta que puede no gustarle tanto pero prefiere esa verdad a un silencio mentiroso. Es la historia de un hombre.


martes, 23 de septiembre de 2014

Una Historia Sencilla (pero no tanto)

Leila Guerriero

Una historia sencilla
Anagrama – 2013







“Cuando me despedí, tenía claro que la historia de Rodolfo era la historia de un hombre en el que se había agitado el más peligroso de los sentimientos: la esperanza”















Llegué a este libro por curiosidad obligada, mi hermana Agu lo dejó olvidado en mi casa y no pude con la tentación de saber de que trataría un libro que tiene a un gaucho en su tapa y contaba una historia sencilla. No pude dejarlo, me hipnotizo, me cautivo, me fascino.

Leila Guerriero es periodista y en enero de 2011 viajó a Laborde, pueblo al sudeste de la provincia de Córdoba, para contar una historia poco conocida para muchos y fundamental para otros. Desde 1966 cada año en el mes de enero se realiza en ese pueblo una competencia de baile folclórico, el malambo.  La mayoría de los participantes provienen de familias muy humildes y realizan muchos sacrificios durante el año para bailar 5 minutos en el escenario. ¿Por qué es tan importante esta competencia y a la vez tan desconocida? ¿Qué se pone en juego en ese baile además del prestigio? ¿Qué es ese pacto de los ganadores que dice por lo bajo que quien se corona campeón ya no puede competir ni allí ni en ningún otro lado? Una especie de pacto que en el momento de inicio marca el final.  Leila hace gigante a una historia pequeña, hace magia con sus palabras porque nos deja sin aliento al finalizar cada párrafo.


“Lo primero que se escucha es el rasgueo de una guitarra, tristes como las últimas tardes del verano. El hombre que va a bailar lleva una chaqueta de pana negra, chaleco rojo. El cribo blanco le baña las pantorrillas como una lluvia cremosa y, en vez de chiripá, usa un pantalón oscuro, ceñido. Es rubio, de barba crecida. Camina hasta el centro del escenario, se detiene y, con un movimiento que parece brotar desde los huesos, acaricia el piso con la punta, con el talón, con el costado, un goteo de golpes precisos, una trama de sonidos perfectos. Envuelto en la tensión que precede al ataque de un lobo, aumenta poco a poco la velocidad hasta que sus pies son dos animales que rompen, muelen, quiebran, despedazan, trituran, matan y, finalmente, golpean el escenario como un choque de trenes y, bañado en sudor, se detiene, duro como una cuerda de cristal purpúrea y trágica. Después, saluda con una reverencia y se va”

El libro es una crónica de ese viaje al Festival, que si bien comienza de manera general presenta un quiebre cuando ve a uno de los competidores en el escenario: Rodolfo González Alcántara. En una de las noches del festival, el viernes, lo ve bailar y “lo que veo me deja muda”, un joven de 28 años que parece un gigante de fuego en el escenario, va a verlo a los camarines (pequeños, incómodos, improvisados) y conoce a un hombre simple pero profundo que cambiará la visión de esta historia. Rodolfo  es de Santa Rosa pero vive en Buenos Aires y trabaja de profesor de danzas entre otras changas.  Tiene mucho en común con el resto de los bailarines: provienen de familias pobres, trabajan todo el año para pagar las clases de danza y entrenar, todos sueñan con ser los campeones de Laborde, porque ese festival es único. Tal vez por eso cuando uno lo gana es campeón para siempre y se abren las puertas para entrenar a nuevos jóvenes y comenzar a soñar con una vida menos pobre, menos hostil.

La historia cuenta ese festival en el que González Alcántara debe ganar porque si no, siente que ha desperdiciado la última oportunidad, allí están los familiares que pudieron pagar el pasaje para ir, su mujer y Tonchi, su gran amigo. También está Leila, que es parte de Laborde y del Malambo. Su lugar de testigo por momentos se desvanece y se hace parte, especialmente cuando comienza le malambo, cuando los pies de Rodolfo suenan en el escenario y el trabajo de todo un año y toda una  vida se ponen en juego. Allí se hace mucho más que bailar el malambo, se dice: aquí estoy, soy la tierra, yo puedo y quiero, yo soy.  La crónica nos hace emocionar con historias personales increíbles, nos muestra un mundo desconocido (al menos para mí) y nos llena de intriga y suspenso. Leila Guerriero es mágica, nos secuestra con sus palabras, y es un secuestro dulce.


“un hombre común con unos padres comunes luchando por tener una vida mejor en circunstancias de pobreza común o, en todo caso, no más extraordinaria que la de muchas familias pobres. ¿Nos interesa leer historias de la gente como Rodolfo? ¿Gente que cree que la familia es algo bueno, que la bondad y Dios existen? ¿Nos interesa la pobreza cuando no es miseria extrema, cuando no rima con violencia, cuando está exenta de la brutalidad con la que nos gusta verla – leerla – revestida?”


Busquen este pequeño tesoro y sientan el malambo cerca porque a veces las grandes historias son las cotidianas, las que pasan tan cerca nuestro que no las vemos. Por suerte hombres y mujeres como Leila miran, ven, se detienen y cuentan…




“Ésta es la historia de un hombre que participó en una competencia de baile”

viernes, 28 de febrero de 2014

Antártida

 ANTÁRTIDA
CLAIRE KEEGAN
Edit. Eterna Cadencia






Escribo sobre cómo se siente 
vivir con un caudal de deseos 
y necesidades que nunca 
será totalmente satisfecho, 
eso genera problemas 
y muchas veces daño












           Las historias  de Claire Keegan penetran en  el universo  de la Irlanda rural de la década del ‘70 y ‘80 para hablar de mujeres que un día dicen: no, basta, hasta acá, se terminó. Algunas lo dicen con una mirada, o con una puerta que se cierra o con la aventura de una noche. No importa cómo, lo que importa es que lo dicen.  Pueden parecernos lejanas esas tierras irlandesas pero hay realidades universales que a pesar de no habernos ocurrido a nosotros siempre tenemos una hermana, una prima, una amiga o conocida que pasó por la vivencia de sentirse sola aún en compañía, desvalorizadas o atropellada en toda su humanidad.

          Antártida es su primer libro y  está compuesto por 15 cuentos, en todos ellos aparecen la soledad, la cruel y agotadora rutina, la alienación de la vida diaria, el agotamiento de los sueños, el abandono del deseo, la resignación pero también aparecen las búsquedas por terminar con esas rutinas y las formas en las que cada mujer de esos cuentos decide tomar las riendas de su vida. Casi insistentemente encontramos un vínculo autoritario y machista propuesto por los hombres y sostenido y reproducido por las mujeres. Son ellas las narradoras de las historias que proponen un momento de inflexión y corte con esas relaciones.

            Seleccioné el cuento que lleva el mismo nombre del libro. Una mujer casada, con dos hijos grandes decide tomarse un fin de semana para ella, irse, dejar sus ocupaciones. Mientras planea ese viaje aparece una inquietud secreta, un deseo oculto que tal vez la acompaña desde hace muchos años: Cada vez que la mujer felizmente casada salía, se preguntaba cómo sería dormir con otro hombre. Ese fin de semana estaba dispuesta a descubrirlo. Era diciembre; sintió que se corría un telón sobre otro año. Quería hacer eso antes de ponerse demasiado vieja. Estaba segura de que se iba a desilusionar”. Esta mujer seguramente se preparó toda su vida para romper con la norma de la mujer fiel y entregada a su marido, para ella era más que un engaño, era ser tocada por otro, sentir que otros ojos la miraban y porque no, la deseaban. De eso se trataba, de sentirse profundamente deseada y no poseer culpa. Esta mujer va a un bar, conoce un hombre, se deja seducir y pagar sus tragos. No era un modelo de revista sino un hombre común e imperfecto pero no le importaba. Pasan una tarde en el hotel y él la invita a hacer el amor por última vez en su departamento antes de que ella tome el tren de regreso a su casa y a su vida. 

Ven a mi casa. Te llamaré un taxi, voy a despedirte.- Ella no estaba de ánimo para el sexo. Mentalmente, ya se había ido, se encontraba con su esposo en la estación. Se sentía limpia, plena y afectuosa; lo único que ahora quería era un buen sueñito en el tren. Pero, finalmente, no pudo pensar en ninguna razón para no ir y, a modo de regalo de despedida, le dijo que sí

¿Qué pasará con esa mujer? ¿Podrá volver a su vida, se quedará con ese hombre? ¿Ese extraño del bar sólo querrá su cuerpo, se contentará con una noche o tendrá ocultas intenciones? ¿Podrá el ciego deseo de vivir otra vida, aunque sea sólo por un fin de semana, nublarnos la razón? ¿Vale una noche entregar toda una vida? El final del cuento es una genialidad, la forma en la que la autora nos va llevando al desenlace no tienen desperdicio. Keegan propone una escritura simple pero profunda, cuenta historias cotidianas que guardan secretos enormes que suelen pasar desapercibidos. Hasta la rutina más aburrida esconde una aventura, sólo hay que saber descubrirla.

Cuando terminé de leer este cuento recordé escenas de algunas películas. Pensé en “Las horas” y en la vida de esas tres mujeres que puede resumirse en un día. También recordé “Los puentes de Madison” y  ese semáforo que dura una eternidad y a Francesca deseando bajar de esa camioneta y correr a los brazos de su amado, a los brazos del hombre que le enseño en pocos días que la felicidad es posible y necesaria.


Ojala lean los cuentos de Claire keegan, van a encontrar un mundo conocido y también una idea: hay que buscar la felicidad hasta encontrarla. 


"Las horas"


Los puentes de Madison



miércoles, 26 de febrero de 2014

El Lobo Estepario

HERMAN HESSE
EL LOBO ESTEPARIO





“A los verdaderos hombres
no les pertenece nada.
 El tiempo y el dinero
pertenece a los
 mediocres y superficiales.”







Escuché alguna vez que en nuestra vida cada libro va encontrando su momento, que hay libros por los que pasamos sin pena ni gloria, que están los que nos complican la existencia, los que amamos profundamente y también, entre muchos otros, los que dejan una huella imborrable, los que generan un paréntesis en nuestra vida y nuestra forma de mirar al mundo, porque sostengo fortísimamente que los libros nos pueden cambiar la vida, y por supuesto que no me refiero a los de autoayuda. Este libro llegó a mi vida cuando era adolescente, para tantos otros jóvenes fue un libro de cabecera, muchos nos sentimos el lobo estepario que ronda por el mundo como merodeándolo sospechosamente.

El protagonista de esta novela es Harry Heller, un hombre oscuro y triste que deambula por el mundo sin encontrarse en él, muchos críticos y analistas han visto en este personaje un espejo de las profundas depresiones y encierros que sufría Hesse, incluso autor y personaje comparten las mismas iniciales en sus nombres HH (Herman Hesse – Harry Heller). Harry no encuentra su lugar, siente que en ese mundo de apariencias y confort no hay espacio para el ser humano, por eso se esconde, se enmascara para no ser como los demás pero también para no sobresalir.

"Había una vez un hombre llamado Harry, conocido como El Lobo Estepario. Caminaba en dos piernas, usaba ropa y era un ser humano, pero en realidad se trataba de un Lobo Estepario. Había aprendido muchas de aquellas cosas que los hombres con buen juicio pueden aprender. Pero lo que no había logrado era lo siguiente: sentirse satisfecho consigo mismo y con su vida"

El libro está dividido en 4 apartados: “El manuscrito encontrado” en el que alguien presenta a Harry; “Anotaciones de Harry Heller. Sólo para locos. Primera parte”; “Tractac del lobo estepario. No para cualquiera” allí desde el exterior de la historia se analiza a Harry y sus características y por último,  la segunda y tercera parte de “Anotaciones de Harry Heller. Sólo para locos”. Cada uno de estos capítulos funcionan como puertas que se abren a lo desconocido, el misterio detrás del picaporte genera temor, ansiedad y sobre todo la sensación de estar entrando en un mundo de sueños locos y pesadillas. Hesse realiza permanentemente una mixtura entre sueño y realidad, lo onírico funciona como un camino de emergencia para Harry cuando se cansa de aparentar, de usar máscaras. En el mundo de sueños el Lobo Estepario encuentra el terreno propio. Hacia el final aparece Pablo, un saxofonista que encarna la antítesis de los hombres del mundo, es intuitivo, espontáneo, no se interesa por las apariencias ni las miradas de los Otros. Pablo lo invita a su TEATRO MAGICO, un lugar en donde la realidad se distorsiona y las puertas se abren hacia múltiples dimensiones.

Se cuenta que Hesse escribía para aislarse de la atrocidad de la guerra, “El lobo estepario” es de fines de los años ’20 pero su primer libro es de 1919. Se cuenta también que el lobo estepario lo atravesó, que tuvo que vivir como hombre corriente cuando deseaba otra cosa. Cosas que se dicen…

“Me encontré arrebatado, en un mundo agitado y bullicioso. Por las calles corrían los automóviles a toda velocidad y se dedicaban a la caza de los peatones, los atropellaban haciéndolos papilla, los aplastaban horrorosamente contra las paredes de las casas. Comprendí al punto: era la lucha entre los hombres y las máquinas, preparada, esperada y temida desde hace mucho tiempo, la que por fen ha estallado”

Vivimos en un mundo de apariencias, en donde entre el ser y tener como tituló Fromm pesa más el segundo, donde todo debe ser rápido, inmediato, fácil, placentero y efímero. Es un mundo engañoso: seduce maliciosamente con la posibilidad de que poseerlo todo es posible. Este mundo necesita más lobos esteparios, que amen y anuncien ese amor, que despierten con y por un proyecto, que esperen toda la noche para ver el amanecer, que se emocionen con una canción, que abracen fuerte, que lloren de alegría y que se despojen, que suelten, suelten, suelten





Por esos años el español Jesús Quinteros tenía un programa de radio llamado “El lobo estepario”, debo reconocer que aún hoy cuando lo escuchó me invade el insomnio y las ganas de correr libre por la estepa. 



jueves, 23 de enero de 2014

Las ciudades invisibles

Las ciudades invisibles
Italo Calvino
Edit. siruela



Las  ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque (…) pero estos trueques no son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos”









“Las ciudades invisibles”  de Italo Calvino relata  y caracteriza a diferentes ciudades, todas ellas imaginarias, por las que han andado algunos caminantes muy particulares. Son relatos de viaje que Marco Polo comparte con Kublai Kan, el Emperador de los tártaros.  Cada una de estas ciudades tiene el nombre de una mujer y a la presentación que se hace de ellas le antecede un relato  Marco Polo y Kublai Kan en el que  se reflexiona y comenta sobre  sus experiencias, vivencias, miedos y sabidurías.

“-¿Viajas para revivir tu pasado? – era en ese momento la pregunta del Kan, que también podía formularse así: ¿viajas para encontrar tu futuro?
Y la respuesta de Marco:
- El otro lado es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá

En este libro encontramos las ciudades y los miedos, la memoria, el deseo, los signos. Las ciudades y la muerte y el cielo. Están las ciudades sutiles, las escondidas y las continuas. Cada una con su nombre, por ejemplo Isadora, esta es una de las ciudades y la memoria, es una ciudad  con la que todo hombre sueña, pero los sueños guardan peligros y a veces, cuando se cumplen, toman sus propias decisiones:        

“Al hombre que cabalga largamente por tierras agrestes le asalta el deseo de una ciudad. Finalmente llega a Isadora, ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracolas marinas, donde se fabrican con todas las reglas del arte catalejos y violines, donde cuando un forastero está indeciso entre dos mujeres siempre encuentra una tercera, donde las peleas de gallo degeneran en riñas sangrientas entre los que apuestan. En todas estas cosas pensaba el hombre cuando deseaba una ciudad. Isadora es, pues, la ciudad de sus sueños: con una diferencia. La ciudad soñada lo contenía joven; a Isadora llega a edad avanzada. En la plaza hay un murete desde donde los viejos miran pasar a la juventud: el hombre está sentado en fila con ellos. Los deseos ya son recuerdos.”                                                                                                                                                                           

Italo Calvino es un escritor curioso, valiente, innovador,  vanguardista.  Es difícil catalogarlo genéricamente,  se escapa a todas las clasificaciones y le pide, implícitamente, a su lector que despliegue su tarea con la misma libertad. Las ciudades invisibles puede leerse salteando, eligiendo, seleccionando y les recomiendo: en voz alta. Como un viaje donde uno realiza su propio recorrido, va optando las paradas y los parajes. Las ciudades que recorren Marco y Kan son  ciudades que aparecen en nuestras vidas, las ciudades que se acercan temerosas a la muerte, las que nombran a las cosas y proponen fantasías, las que enamoran locamente a sus visitantes o la ciudad que se esconde bajo los signos y que grita en silencio aquello que dicho en voz alta duele un poco.  Luego de recorrer tantas ciudades Kan y Marco dialogan sobre el futuro del mundo y de los hombres. El Kan está ansioso por saber el destino de que ciudad forjará su futuro, le pregunta incluso por aquellas ciudades que aún no conoce o que ni siquiera están fundadas o descubiertas. El Kan teme que la ciudad del final de los tiempos sea una ciudad infernal y le dice:

“- Todo es inútil, si el último fondeadero no puede sino ser la ciudad infernal, y donde, allí en el fondo, en una espiral cada vez más cerrada, nos absorbe la corriente.
Y Polo (contesta):
- El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quien y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio


No es tarde para desearles un feliz año nuevo, que este año nos traiga 365 ciudades para visitar y recorrer. Que en ellas encontremos el amor, los desafíos, las ganas y el deseo. Que encuentren aquello que no es infierno en el infierno y que le permitan entrar y quedarse.

Felicidades y amor, mucho amor.